La ciudad italiana de Bolonia es el destino ideal para hacer una escapada de fin de semana por Europa. En nuestra opinión, con solo dos días en Bolonia puedes sacarle un montón de partido a esta maravillosa ciudad.
Ubicada en el norte del país, capital de la provincia de Emilia-Romagna, la ciudad de Bolonia cuenta con la Universidad más antigua de Europa y, por ello, sus calles siempre tienen un ambientazo de gente joven.
Índice
¿Cómo llegar a Bolonia?
Avión
Las aerolíneas low cost como Ryanair han encontrado en el aeropuerto de Bolonia su mina de oro.
La clave está en que gracias a su céntrica ubicación, Bolonia permite acceder fácilmente a ciudades de Italia tan relevantes como Florencia, Verona o Venecia.
Por ello, mucha gente decide volar a Bolonia por precios muy bajos y desplazarse a otras ciudades donde volar tiene precios prohibitivos.
Desde España podéis encontrar vuelos directos a Bolonia desde Alicante, Barcelona, Fuerteventura, Gran Canaria, Ibiza, Madrid, Palma de Mallorca, Santander, Sevilla Tenerife, Valencia y Zaragoza, así que os sobran las opciones. 😉
La última vez que fuimos a Bolonia, volamos de viernes a domingo con Laudamotion desde Viena por 16€ ida y vuelta solo con mochila.
Cómo esta vez íbamos en grupo fuimos desde el aeropuerto hasta la ciudad en taxi. Sin embargo, el tren Marconi Express es una buena opción para llegar a la ciudad de Bolonia desde el aeropuerto. Cuesta 9,20€ y tarda 7 minutos en llegar a la estación central de trenes.
Tren
Dependiendo de cual sea el origen de vuestro viaje, una de las mejores opciones para llegar a Bolonia es el tren. Principalmente porque la estación está en el centro de la ciudad y, por tanto, es fácil caminar a los puntos de interés una vez que llegues.
Así lo hice la primera vez que viaje a Bolonia desde Florencia, ya que solo fui de excursión a pasar el día y conocer la ciudad. La distancia entre ambas ciudades es de 85 kilómetros, pero el trayecto de los trenes de alta velocidad apenas tarda 35 minutos, por lo que es perfectamente factible ir y volver en el mismo día.
Por su ubicación estratégica, cabe destacar que en la estación de Bolonia convergen casi todas las líneas ferroviarias de Italia y tiene conexión directa con grandes ciudades como Roma, Milán, Munich, París, etc.
La estación principal de trenes se llama la Bolonia Centrale y está ubicada cerca del centro de la ciudad. Desde aquí se tardan menos de 20 minutos andando hasta la Piazza Maggiore.
En la estación hay taquillas para dejar el equipaje desde las 6 de la mañana hasta las 21 de la noche, por 5€ todo el día más o menos.
Autobús
La opción del autobús no es tan habitual porque el precio suele ser similar al del tren pero tarda bastante más.
Sin embargo, cabe destacar que Bolonia tiene conexión con multitud de ciudades a través del autobús: Milán, Roma, Florencia, Múnich, Zurich, etc. por lo que si encontráis un buen precio puede ser una alternativa al tren.
La compañía de autobuses italiana más común es Itabus y conecta prácticamente con todas las ciudades y pueblos más relevantes del país.
La estación de autobuses de Bolonia está al lado de la estación de trenes, por lo que también está muy cerca del centro y es fácil llegar andando.
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Coche
Llegar a Bolonia en coche no es difícil porque la ciudad está conectada por autovía con las principales ciudades italianas.
Sin embargo, la circulación por el centro está restringida por lo que os recomendaríamos buscar un parking fuera del casco histórico porque dentro son bastante caros.
Otra opción es buscar un hotel con parking en Bolonia. El hotel Grand Central Room donde nos alojamos ofrecía un aparcamiento de pago, y estaba muy cerca del centro andando.
Seguro de viajes
Posiblemente pensarás que con tu Tarjeta Sanitaria Europea es más que suficiente para viajar a Italia, pero hay que leerse bien las condiciones que no están cubiertas..
Nosotros siempre hemos viajado por Europa sin seguro hasta que descubrimos el Seguro Multianual de Mondo que nos cubre todos los viajes (de hasta 120 días que hagamos en un año).
Todos los desde seguros de viaje de Mondo cubren la asistencia médica en caso de contagio por coronavirus, incluyendo el test en caso de que fuera preciso. También está cubierta la prolongación de estancia en hotel por cuarentena médica.
Dónde dormir en Bolonia
En nuestro último viaje a Bolonia nos alojamos en el Grand Central Room, un hotel muy tranquilo fuera del centro pero que se llega fácilmente caminando.
Lo recomendamos porque es un sitio muy tranquilo, alejado del bullicio del centro, que especialmente los fines de semana puede ser bastante ruidoso ya que Bolonia es una ciudad universitaria y está repleta de gente joven con muchas ganas de fiesta.
Las habitaciones están muy limpias, tienen baño privado y las camas son muy cómodas, así que lo recomendamos.
¿Qué ver en Bolonia?
Piazza Maggiore
Cualquier viaje a Bolonia tiene que empezar por la Plaza Mayor, el centro neurálgico de la ciudad, que acoge los puntos turísticos más importantes de la ciudad.
En la plaza principal de Bolonia podéis visitar la Basílica de San Petronio y otros edificios históricos de la Edad Media y el Renacimiento.
Aquí también se encuentra el Palazzo d’Accursio (hoy ayuntamiento), la Torre dell’Orologio, el Palazzo dei Banchi (universidad en parte medieval) y el Palazzo del Podestà. En este último se esconde uno de los 7 secretos de Bolonia que os contamos a continuación.
Además, en Italia está permitido beber en la calle por lo que especialmente las noches de verano, la plaza suele estar muy animada y llena de jóvenes.
Basílica de San Petronio
La basílica de San Petronio no es la catedral de Bolonia. Sin embargo, se trata de una de las más relevantes ya que ostenta el título de ser la quinta iglesia más grande del mundo gracias a sus 130 metros de largo y 60 metros de ancho.
Su construcción se inició a finales del siglo XIV para homenajear al patrón de la ciudad San Petronio, y tardó tres siglos en terminarse.
Entre los hitos históricos que han sucedido en la basílica destaca la creación de un reloj de sol en el año 1582 por el dominico Egnazio Danti, con el objetivo de estudiar las variaciones del movimiento del sol a lo largo del año para determinar los equinoccios y solsticios. Finalmente, se decidió agrandar la basílica y sus instrumentos astronómicos fueron destruidos y sustituido por el calendario solar de Cassini.
El calendario solar de Cassini es otro de los 7 secretos de Bolonia y consiste en que a través de un agujero que hay en el techo de la iglesia, justo al mediodía, se proyecta un rayo de luz solar sobre una franja de bronce (meridiano) que hay en el suelo en la que se incluyen las estaciones, los días del año y los signos del zodiaco.
El interior de la basílica sorprende por su grandeza a pesar de que mantiene un estilo sobrio y barroco. Lo que más destaca son los frescos pintados por Giovanini de Módena, en los que aparece Mahoma representado en el infierno (tal como lo describe Dante en ‘La Divina Comedia’. Durante siglos, esto ha sido objeto de protestas e incluso le ha costado a la iglesia un intento de atentado en el año 2001.
La entrada a la Basílica de San Petronio es gratuita, aunque la subida a la terraza cuesta 5€. Nosotros preferimos disfrutar la vista desde las torres y decidimos no subir.
Las Torres de Bolonia: Asinelli y Garisenda
En la Edad Media, Bolonia estaba repleta de torres, aunque hoy ya solo quedan algunas entre las que destacan estas dos: Garisenda y Asinelli. Sin duda, se han convertido en el símbolo de la ciudad.
Estas dos torres se encuentran ubicadas una al lado de la otra, aunque la Torre Asinelli sobresale por encima de su compañera gracias a sus casi 100 metros de altura.
Para disfrutar de la vista tenéis que prepararos para subir casi 500 escalones de madera hasta la cima. Aunque hay rejas, las vistas son impresionantes y en nuestra opinión vale mucho la pena disfrutarlas.
Eso sí, os recomendamos que compréis las entradas con antelación desde el enlace oficial porque en nuestra última escapada a Bolonia nos quedamos sin entradas y no pudimos subir.
La torre fue construida a principios del siglo XII y ha cumplido con varias funciones. La más importante la de defender la ciudad.
Aunque ambas torres son coetáneas, la Torre Garisenda es considerablemente más pequeña y está mucho más inclinada.
En su origen ambas torres debían alcanzar los 60 metros, pero se cree que la Asinelli fue ampliada ya que a partir de esta altura las paredes son mucho más finas lo que demuestra que querían elevar su altura sin cargarla con un peso excesivo.
Mientras que la Garisenda durante el siglo XIV tuvo que ser acortada hasta los 48 metros de altura por temor a su derrumbe debido a un hundimiento del suelo.
Il Qadrilatero
Cerca de la Piazza Maggiore encontramos el antiguo mercado del “Qadrilatero”. Aunque debido a los cambios urbanísticos muchas calles de esta área han desaparecido, aún se conservan muchos comercios, tabernas, restaurantes, etc.
El Qadrilatero está delimitado por las calles: Via Rizzoli, Via Castiglione, Via Farini y Via dell’Archiginnasio.
En definitiva, esta es una de las zonas con más ambientes y dónde seguro que encontráis el lugar perfecto para degustar los platos típicos de la cocina boloñesa.
Piazza Santo Stefano
La Plaza de Santo Stefano es otra de las paradas imprescindibles qué ver en Bolonia.
Aquí se encuentran la Casa Berti, el Palazzo Isolani, el Palazzo Bolognini Isolani, y el Palazzo Bolognini Amorini Salina.
Aunque lo más relevante de la plaza es la Basílica de Santo Stefano, también conocida como “Sette Chiese” (las siete iglesias). La entrada es gratuita.
El complejo se conoce así porque a lo largo de la historia ha albergado un total de 7 iglesias aunque tan solo se conservan 4 en la actualidad. Entender su historia es bastante complicado y aún más difícil es comprender su estructura.
- La primera iglesia data del año 100 d.C. dónde hasta ese momento había un templo dedicado a la diosa Isis. Será la segunda iglesia que encuentres.
- En el 393 d.C. con las primeras comunidades cristianas, se construyó otra iglesia dedicada a recibir los cuerpos de los mártires Vitale y Agricola. Será la última iglesia que verás.
- Con la llegada de los lombardos en el 760 d.C. se construye la que hoy en día todavía es la iglesia principal del complejo, la de San Giovanni Battista. Además, en el patio porticado se coloca el Catino di Pilato. Será la primera de las iglesias que verás en tu visita.
- En el 830 d.C., con la llegada de los francos, se modifica la pequeña iglesia de Viatale y Agricola y se amplía el edificio.
- En el 902 un incendio azota el complejo y los monjes de Cluny comienzan la reconstrucción ampliando la iglesia de San Giovanni Battista, añadiendo un campanario y un monasterio.
- Desde entonces, el conjunto de las siete iglesias ha sufrido diferentes modificaciones hasta asumir la forma que tiene hoy en día.
Sin duda, las Siete Iglesias es uno de los lugares imprescindibles qué ver en Bolonia.
Pórticos de Bolonia
Bolonia es conocida como la “Ciudad de los Pórticos” y desde 2021 ha entrado a formar parte de la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO gracias a ellos.
Se calcula que hay más de 60 kilómetros de arcos en toda la ciudad por lo que no hablamos de un conjunto arquitectónico en concreto si no que abarcan toda la ciudad.
Los primeros pórticos datan del siglo XI, y se construyeron con el objetivo de expandir las actividades comerciales y artesanales. Hoy en día, los soportales se han convertido en un punto de encuentro social entre turistas y locales ya que la mayoría acogen cafeterías, restaurantes, etc.
El camino de pórticos más famoso es el que recorre desde la muralla del Porta Zaragoza hasta el Santuario de Nuestra Señora de San Luca.
Santuario de Nuestra Señora de San Luca
Para llegar al Santuario de Nuestra Señora de San Luca en Bolonia, se debe recorrer una caminata de 4 kilómetros. No tiene pérdida porque es ir siguiendo los arcos que empiezan en la Porta Zaragoza, aunque siempre se va en subida y con algún tramo de escaleras.
La leyenda dice que hay un total de 666 arcos y aunque nosotros tratamos de comprobarlo nos quedamos en el 658. Por supuesto, están numerados no es que fuésemos contándolos, aunque este juego nos hizo la subida más amena.
Eso sí, aunque realmente no haya 666 arcos no se le puede quitar el mérito de ser el pórtico más largo del mundo.
La subida merece la pena porque aunque la basílica en sí no tiene mucho que ver, las vistas de la ciudad merecen mucho la pena.
En la basílica han habilitado una terraza desde la que se puede obtener unas vistas de 180º de la ciudad pero nosotros nos conformamos con las que había y no llegamos a subir.
Palacio Archiginnasio – Teatro Anatómico
Este edificio es uno de los más emblemáticos. Después de 1944 tuvo que ser reconstruido debido a un bombardeo aéreo.
Se construyó como un edificio para la Universidad de Bolonia y desde 1838 alberga la Biblioteca Comunale.
El edificio cuenta con una planta superior que alberga dos clases universitarias que no se pueden visitar y dos aulas magnas que utilizan los artistas y juristas (llamada ‘Stabat Mater’).
Pero lo más famosos de este edificio es el Teatro Anatómico donde en los siglos pasados se enseñaba anatomía. La entrada al Teatro Anatómico cuesta 3€.
Mercato delle Erbe
Este mercado cubierto es el más grande de la ciudad. Aquí se pueden encontrar alimentos de todo tipo como frutas, verduras, carne, queso, etc. En nuestro viaje a Bolonia, dejamos esta visita para última hora así que cuando llegamos ya estaban todos los puestos cerrados.
Lo que sí encontramos abierto fue la sección de restauración que abrieron en 2014 y que tenía mucho ambiente con varios puestos de comida y bebida a buen precio.
Los 7 secretos de Bolonia
La ciudad esconde 7 secretos que podéis buscar durante vuestra ruta por Bolonia. Aquí os dejamos la lista para que podáis hacer el viaje más divertido.
Atributos de Neptuno
La Iglesia no estaba contenta con el tamaño de los “atributos” de Neptuno así que pidió al escultor que lo modificase. Éste aceptó la modificación, pero ingenió una perspectiva desde la que el dedo pulgar de la estatua parece su miembro viril.
📍 Fuente de Neptuno, Piazza Maggiore
El arco de los susurros
Para que los curas pudieran confesar a los leprosos, se ingeniaron este método aprovechando la acústica que les permitía comunicarse de una esquina a otra a través de la bóveda si hablaban a la pared. Que no os dé vergüenza probarlo porque es de lo más curioso como se escucha de una esquina a otra.
📍 Pórticos del Palazzo del Podestà
La luz de Petronio
Este secreto os lo hemos contado en el apartado de la Basílica de San Petronio, y es que en el techo hay una agujero que cuando el sol del mediodía lo alcanza, se filtra un haz de luz que indica la fecha exacta en la meridiana del suelo. Esta meridiana es la más grande del mundo.
📍 Basílica de San Petronio, Piazza Maggiore
Las tres flechas
Delante de la Casa Isolani había tres maleantes intentando asesinar a una persona y, según la leyenda, fueron distraídos por una mujer desnuda en la ventana de al lado, fallando así su disparo y clavando las flechas en las vigas de madera.
📍 Casa Isolani, Strada Maggiore
La Finestrella
Este es sin duda el secreto más conocido de Bolonia. En la ciudad había varios canales de agua subterránea. En la Via Piella tenéis que buscar una ventanita donde descubrirás el tramo secreto del único canal que queda.
📍 Finestrella, Via Piella
La cara del Diablo
El padre de una familia apoderada, conflictiva y poco querida en la ciudad, mandó esculpir las caras de los miembros de su familia. El escultor decidió añadir el busto con la cara del diablo.
📍 Piazza Santo Stefano
Cannabis Medieval
‘Panis vita, canabis protectio, vinum laetitia‘. El pan es vida, el cannabis es protección, el vino es alegría’.
Este es el mensaje de los 3 frescos situados bajo los pórticos de la Torre Scappi. En el pasado el cultivo de Cannabis fue un aporte importante en la riqueza de Bolonia.
📍 Pórticos de la Torre Scappi, Via Independenza
¿Dónde comer en Bolonia?
Bottega Portici
En este sitio acabamos de casualidad porque el sábado al mediodía todos los restaurantes de Bolonia tenían colas eternas para comer.
No es un restaurante en sí, sino más bien de comida rápida pero sirven pasta fresca que cocinan justo a la entrada para que puedas verlo.
Si recomendamos este sitio es porque tiene una terraza con unas vistas a las Torres y la comida muy bien de precio, aunque no esperes un restaurante de platos “tradicionales”.
La osteria dell’orsa
Es uno de los restaurantes más famosos de Bolonia pero si vais con poco tiempo no os recomiendo que ni lo intentéis. No se puede reservar así que el funcionamiento se basa en un señor en la que se va apuntando la gente.
Ambos días hicimos el intento de apuntarnos y él mismo nos quitó las ganas diciendo que había mucha gente por delante nuestra, a la vez que dejaba pasar a amigos y conocidos en nuestras narices.
Al final, se convirtió en algo personal y el último día nos compramos unas cervezas en el supermercado que hay enfrente (os recuerdo que en Italia es legal beber alcohol en la calle) y nos sentamos en la acera a esperar nuestro turno.
Reconozco que al ir en grupo se pasó volando la espera pero estuvimos más de una hora. Creo que de haber estado solos ni lo habríamos intentado.
Finalmente conseguimos nuestra mesa y pudimos probar los famosos Tortellini in Brodo. También pedimos bistecs y otras pastas bolognesa. El precio está dentro de lo normal en Italia aunque el trato de los camareros fue excelente. La comida está genial y las cantidades más que decentes.
Gelateria Cavour
Si hablamos de comida no podemos olvidarnos de las heladerías de Bolonia. Aunque no es de las más antiguas (fue fundada en 2008), la Gelateria Cavour merece un apartado aparte.
Se trata de una heladería artesanal con unos sabores italianos auténticos. Nosotros probamos los de Panna Cotta, Mascarpone y Buffala y estaban espectaculares.
Cuando llegamos había bastante cola pero iba rápido.
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