En este artículo, te presentamos una guía completa para visitar Mauthausen, el campo de concentración ubicado en Austria.
Entendemos que esta no es una visita fácil, por lo que nos esforzaremos en ofrecer un contenido respetuoso con el objetivo de proporcionar información útil y detallada para que puedas organizar tu visita a este campo de concentración.
Con esta guía, pretendemos ofrecerte información para planificar tu visita al campo de concentración, conocido actualmente como Memorial de Mauthausen, ya que pretende rendir homenaje a las víctimas.
Esperamos que te sea de ayuda para comprender la historia y la importancia de visitar Mauthausen con respeto y sensibilidad hacia las víctimas que sufrieron allí. Recuerda que, al visitar este lugar, estás contribuyendo a preservar la memoria histórica y a honrar a aquellos que perdieron sus vidas en tiempos oscuros.
Índice
- 1 Contexto histórico Mauthausen
- 2 Vida en Mauthausen
- 3 Explorando Mauthausen hoy en día
- 4 Qué se puede ver en Mauthausen
- 4.1 Construcción del campo
- 4.2 Campo sanitario
- 4.3 Cantera
- 4.4 Recinto de los monumentos
- 4.5 SS y Comandancia
- 4.6 El acceso al campo
- 4.7 Plaza de las formaciones
- 4.8 La Barraca 1
- 4.9 Barracas de los presos
- 4.10 Barraca de los judíos
- 4.11 La alambrada y el vertedero de cenizas
- 4.12 Campo de las tiendas
- 4.13 Barraca de las cocinas
- 4.14 Cementerios
- 4.15 Recinto de cuarentena
- 4.16 Campo de concentración de mujeres
- 4.17 Barraca 20 – Barraca de la muerte
- 4.18 Enfermería
- 4.19 Crematorios y zona de ejecuciones
- 4.20 Prisión del campo
- 5 Normas y servicios para visitantes Mauthausen
- 6 Fotografía en Mauthausen
- 7 Conclusión
- 8 Preguntas frecuentes visitar Mauthausen
- 9 ¿Te ayudamos a organizar tu viaje?
Contexto histórico Mauthausen
Antecedentes
El ascenso del régimen nazi en Alemania en la década de 1930 bajo el liderazgo de Adolf Hitler marcó un período oscuro en la historia mundial.
El Partido Nazi promovía la ideología de la supremacía aria, el antisemitismo y la expansión territorial. A medida que los nazis consolidaban su poder, se estableció un sistema de campos de concentración para encarcelar y perseguir a aquellos considerados “enemigos del Estado”.
Estos campos se convirtieron en instrumentos de opresión y violencia, donde prisioneros políticos, judíos, gitanos, homosexuales y otras personas consideradas “indeseables” fueron sometidos a condiciones inhumanas, trabajo forzado y exterminio.
Ubicación
El campo de concentración de Mauthausen fue inaugurado en Austria en 1938, poco después del Anschluss, la anexión de Austria al Reich alemán.
August Eigruber, Gauleiter de Alta Austria, anunció la construcción de este campo en la ciudad de Mauthausen, cerca del Danubio, en la región de Alta Austria.
La elección de esta ubicación no fue casual, ya que se seleccionó debido a la proximidad de canteras de granito, que proporcionarían mano de obra forzada a través del trabajo esclavo de los prisioneros.
Propósito y funcionamiento
El propósito principal de Mauthausen era encarcelar a opositores políticos, disidentes, judíos, gitanos y otros grupos considerados enemigos por el régimen nazi.
Al principio la mayoría eran alemanes y austriacos que fueron forzados a trabajar en las canteras de granito cercanas y su vida estaba marcada por el hambre y la violencia.
Con el estallido de la guerra, personas de toda Europa fueron deportadas a Mauthausen, convirtiéndolo en un complejo de varios campos interconectados.
Mauthausen operaba como un sistema de varios campos interconectados, con un campo principal y varios subcampos, incluido el campo de Gusen, que eran conocidos por tener las peores condiciones de reclusión y alta mortalidad.
Los prisioneros más vulnerables estaban en constante peligro de muerte, y en 1941, se construyó una cámara de gas para el asesinato masivo, que se puede visitar dentro del Memorial.
Durante la segunda mitad de la guerra, los prisioneros, incluyendo mujeres, fueron utilizados como trabajadores forzados en la industria armamentística. Se establecieron subcampos para acomodarlos. Sin embargo, las condiciones seguían siendo inhumanas, y muchos prisioneros fueron enviados a morir a Mauthausen.
Hacia el final de la guerra, Mauthausen recibió evacuaciones de otros campos cercanos al frente, con miles de prisioneros llegando en condiciones desesperadas. El hacinamiento, la falta de alimentos y las enfermedades causaron muertes masivas antes de la liberación.
El 5 de mayo de 1945, el ejército estadounidense llegó a Mauthausen y Gusen. Aunque liberados, muchos prisioneros aún estaban gravemente debilitados. De los casi 190,000 encarcelados en Mauthausen y sus subcampos durante siete años, al menos 90,000 perdieron la vida, dejando un doloroso legado en la historia.
Vida en Mauthausen
Condiciones de vida
Los campos de concentración de Mauthausen y Gusen fueron sitios de sufrimiento inimaginable, donde las SS clasificaron a los prisioneros según su categoría y nacionalidad. Estos etiquetajes determinaron sus condiciones de vida y, en muchos casos, sus posibilidades de supervivencia.
Los prisioneros vivían bajo un constante estado de terror, enfrentando desnutrición, agotamiento y trabajo físico extenuante. La falta de equipo adecuado y las condiciones insalubres en el campo propagaron enfermedades infecciosas, empeorando aún más las condiciones de vida.
La vida de los prisioneros estaba constantemente amenazada por las SS, quienes utilizaban los campos como lugares de ejecución para opositores políticos y prisioneros considerados inútiles. Los fusilamientos y asesinatos con gas en Mauthausen y Gusen fueron prácticas horribles que cobraron miles de vidas.
Además de las atrocidades cometidas por las SS, algunos funcionarios prisioneros utilizaron su posición para proteger a sus compañeros de prisión, pero otros abusaron de su poder. Los prisioneros gravemente enfermos fueron abandonados a su suerte o sometidos a experimentos médicos inhumanos.
En resumen, los campos de concentración de Mauthausen y Gusen representaron el peor lado de la humanidad, donde la crueldad y la deshumanización reinaban, y la vida de los prisioneros estaba marcada por el sufrimiento, la desesperación y la muerte.
Trabajo forzado y explotación
La elección de Mauthausen y Gusen como campos de concentración estuvo ligada a las canteras de granito. Desde la década de 1930, las SS combinaron nuevos campos con la industria de materiales de construcción.
Los prisioneros trabajaban en la producción de ladrillos y piedras para proyectos de Hitler. Mauthausen tenía una cantera, y Gusen tres, produciendo bloques para la expansión de la zona de Linz.
En 1942, más de 3.300 prisioneros trabajaban en las canteras, con jornadas laborales de hasta once horas en verano y nueve en invierno, sin importar el clima. Rompían bloques, los cortaban y transportaban, convirtiendo las canteras en lugares de trabajo forzado y aniquilamiento.
En la guerra, se cambió el enfoque hacia la producción económica, y las empresas utilizaron prisioneros como trabajadores forzados para fabricar armamento. Intereses económicos compartidos y relaciones personales entre empresas y nazis impulsaron esta explotación inhumana.
Grupos de presos
Las condiciones de vida en el campo de concentración de Mauthausen eran extremadamente inhumanas y brutales. Los prisioneros eran sometidos a un sistema de categorización que determinaba su trato y sus posibilidades de supervivencia.
Las SS utilizaban triángulos de diferentes colores y letras para identificar a los reclusos según su origen étnico, afiliación política o grupo social. Los españoles llevaban un triángulo azul con una letra “S” bordada. Los prisioneros marcados como “judíos” y otras categorías tenían las menores posibilidades de sobrevivir.
Dentro del campo, existía una jerarquía controlada por prisioneros funcionarios, conocidos como Funktionshäftlinge. Estos funcionarios se encontraban atrapados entre los dos bandos: intentaban mantener el orden y obtener ciertos privilegios mientras eran odiados por otros prisioneros. Su posición determinaba la vida cotidiana de los demás reclusos, incluida la distribución de raciones y ropa.
Explorando Mauthausen hoy en día
Horarios de visita
El Campo de Concentración de Mauthausen se encuentra abierto para recibir visitantes durante todo el año, con horarios que varían según la temporada.
Desde el 1 de marzo hasta el 26 de octubre, el memorial abre sus puertas diariamente desde las 9:00 hasta las 17:30, siendo la última entrada permitida a las 16:45. Recomendamos llegar con suficiente tiempo para aprovechar la visita plenamente, ya que nosotros llegamos bastante justos a última hora y nos fueron cerrando secciones que no nos dio tiempo a ver.
Del 27 de octubre al 28 de febrero, los horarios cambian ligeramente. El memorial estará abierto de martes a domingo, desde las 9:00 hasta las 15:45, y la última entrada se permitirá a las 15:00. Los lunes, el sitio permanecerá cerrado para las visitas.
Durante la temporada navideña y la celebración de Año Nuevo, desde el 24 al 26 de diciembre y del 31 de diciembre al 1 de enero, el memorial también permanecerá cerrado.
Precios
La entrada al campo de concentración de Mauthausen es gratuita. Además, puedes descargar una audioguía gratuita en el móvil o alquilar una audioguía en la entrada por un precio de 3€.
También se ofrecen visitas guiadas con un precio de 5€ (que se reduce a 3€ para menores de 18 años, estudiantes, jubilados o desempleados).
- Las visitas guiadas se realizan en alemán a las 13:00 los sábados, domingos y festivos de septiembre hasta finales de junio.
- En el mes de abril, la visita en alemán cambia a las 14:00.
- Durante los meses de julio y agosto, las visitas se llevan a cabo todos los días en inglés y alemán a las 13:00, y además, hay una opción en italiano a las 10:30 durante las primeras semanas de agosto.
No es necesario realizar una reserva previa para unirse a las visitas guiadas, y el tamaño de los grupos se mantiene limitado para brindar una experiencia más personalizada. Los guías son educadores capacitados que enfatizan en la educación y la información histórica del lugar.
Cómo llegar
Se puede llegar al Campo de Concentración de Mauthausen de diversas maneras.
Desde la ciudad de Linz, también hay un autobús directo que conecta con el Memorial, operando diariamente pero únicamente entre el 1 de abril y el 26 de octubre, con cuatro salidas diarias.
Nosotros llegamos en coche de alquiler desde la zona de Hallstatt y Salzburgo. Hay un aparcamiento gratuito bastante grande disponible en la entrada.
En transporte público, se puede llegar en tren hasta la estación de Mauthausen, que se encuentra a unos 4 kilómetros del Memorial, y allí coger un autobús (líneas 360 y 361) que te dejará a un paseo.
Si viajas desde Viena, el tren a Mauthausen tarda aproximadamente 2 horas y puede requerir un trasbordo en la estación de St. Valentin o Linz. El precio del billete de ida y vuelta puede variar, siendo recomendable planificar el viaje con antelación.
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Excursión organizada a Mauthausen desde Viena
Para aquellos que queráis visitar el campo de concentración de Mauthausen desde Viena sin complicaciones, se recomienda considerar la opción de una excursión organizada.
Empresas como Civitatis ofrecen este servicio, que incluye transporte en autobús, un guía que se comunica en inglés y una audioguía disponible en español. Os recogerán en Albertinaplatz a las 8:30 y, durante el trayecto, el guía proporciona información sobre la historia del lugar.
Al llegar al campo de concentración, podéis explorar las instalaciones a vuestro propio ritmo utilizando la audioguía durante unas tres horas.
En el camino de regreso a Viena, se hace una parada en un restaurante para comer (el precio de la comida no está incluido en el precio).
Es esencial recordar que la visita al Campo de Concentración de Mauthausen es una experiencia histórica y emotiva. Se debe visitar este lugar con respeto y sensibilidad hacia la memoria de las víctimas y los acontecimientos trágicos que ocurrieron aquí.
Qué se puede ver en Mauthausen
Construcción del campo
El alto muro que separaba el campo de los presos del resto del campo se construyó en 1938, tras la anexión de Austria a Alemania. El campo inicialmente consistía en barracas de madera y cercas electrificadas. Las construcciones en piedra maciza y el recinto amurallado no se levantaron hasta más tarde.
Campo sanitario
En la pradera de árboles que hay antes de entrar en el recinto, antes existía un campo específico para prisioneros de guerra soviéticos. En 1943 prácticamente todos habían fallecido debido a la falta de comida y atención médica, así que quedó simplemente para enfermos y presos no aptos para trabajar.
En las inmediaciones del recinto, la SS tenía un campo de fútbol donde hacían partidos frecuentemente contra equipos de la región y población civil que era testigo de la barbarie.
Cantera
Las canteras de granito de Mauthausen y Gusen llevaron a la creación de los campos de concentración.
La cantera de Mauthausen fue un lugar de exterminio donde se obligaba a los presos a llevar bloques de granito pesados hasta la cima a través de la “escalera de la muerte”.
Esta escalera fue escenario de miles de muertes de presos que se asesinaban de forma deliberada o que tiraban por el precipicio. Así surgió el irónico nombre de los “paracaidistas” entre los integrantes de la SS.
Las empresas de construcción experimentaron un declive en 1943 debido al papel prioritario de la industria de armamentos.
Recinto de los monumentos
El recinto de los monumentos se creó en los años 50 en el lugar donde antes habían estado las barracas de maderas que albergaban las oficinas de la SS. Hoy este espacio es un reflejo de las relaciones políticas de la posguerra y la Guerra Fría.
Los monumentos dedicados a cada nación se erigieron en las décadas siguientes a la constitución del Memorial del Campo para honrar a las víctimas. Se calcula que más de 7.000 españoles pasaron por el campo de concentración de Mauthausen expatriados por el ministro franquista Serrano Suñer después de la Guerra Civil.
Sin embargo, algunos grupos de presos, como los deportados civiles, las víctimas de persecución racial, los homosexuales y las mujeres, fueron relegados hasta décadas más tarde cuando se erigieron monumentos específicos para ellos.
SS y Comandancia
La SS (abreviatura de “Sección de Defensa” en alemán) era responsable de la vigilancia y dirección del campo.
El Comandante del campo tenía autoridad sobre los oficiales, suboficiales y guardias. Se calcula que cuando acabó la guerra había un total de 8.000 hombre trabajando.
Los altos oficiales de la SS vivían cerca del campo con sus familias en un conjunto residencial que se levantó para ellos y aunque tenían contacto con la población civil también se dieron bastantes conflictos especialmente en las tabernas.
Hubo dos Comandantes durante la existencia del campo. Albert Sauer fue el primero y su sucesor Franz Ziereis confesó los crímenes cometidos en el campo antes de su muerte aunque trato de eludir su responsabilidad.
El acceso al campo
El portal del campo era el único acceso y estaba vigilado y controlado. Los presos recién llegados pasaban por un largo proceso de ingreso, que implicaba torturas y vejaciones.
Este proceso significaba una ruptura con su vida anterior. Los presos permanecían en pie durante horas en lo que se denominó como el “Muro de las lamentaciones” mientras eran registrados, afeitados y lavados antes de recibir ropa nueva y ser llevados a las barracas.
Plaza de las formaciones
La plaza de las formaciones era el punto central del campo. Allí se llevaba a cabo la formación de recuento dos o tres veces al día para controlar la presencia de los presos.
Los prisioneros debían permanecer en perfecta formación y en posición de firmes, sin importar las condiciones climáticas, mientras eran maltratados por la SS y los Kapos. Las formaciones también servían para mostrar el poder de la SS sobre los presos.
La Barraca 1
En la Barraca 1, habitaban los presos funcionarios (conocidos como Kapos) que eran asignados por la SS para ocuparse del orden del campo y que en la mayoría de los casos ejercían una violencia brutal.
Estos “Kapos” tenían poder sobre los demás prisioneros. Este sistema desigual dificultaba la solidaridad entre los presos.
La mitad derecha de la Barrca 1 albergaba el Secretariado del campo, que controlaba la asignación de los presos a los comandos de trabajo y subcampos cuando llegaban.
En la mitad izquierda, había un burdel donde las prisioneras eran explotadas sexualmente, con la promesa de que si trabajaban en el burdel serían liberadas, algo que nunca se cumplía.
En el medio se encontraba la cantina donde los presos más privilegiados podían disfrutar de bienes como tabaco, artículos de higiene y algunos suplementos alimenticios.
Barracas de los presos
Estas barracas estaban diseñadas para albergar alrededor de 300 presos, pero durante la Segunda Guerra Mundial, algunas llegaron a albergar hasta 2.000 personas.
Divididas en salas A y B, los presos compartían literas de madera y apenas tenían mantas y colchones. El día en el campo estaba marcado por la monotonía y la agitación, con llamadas tempranas, formaciones y largas filas para recibir comida. Las condiciones eran brutales y crueles.
Barraca de los judíos
En la sala B de la Barraca 5, desde 1941 hasta 1944, se alojaron presos clasificados como judíos. Aislados del resto, recibían una alimentación mínima, condiciones de vida precarias y ninguna atención médica.
Eran destinados a trabajos extremadamente duros y muchos morían rápidamente. Algunos eran asesinados directamente, mientras que otros eran lanzados contra la alambrada electrificada o asesinados en cámaras de gas.
La alambrada y el vertedero de cenizas
El recinto de alambre de espino rodeaba el campo y fue testigo de numerosos asesinatos por parte de la SS. Los presos eran empujados contra las alambradas electrificadas, lo que causaba muertes lentas y agonizantes.
En la mayor parte de los registros de las muertes que ocurrieron en la alambrada se taparon con la excusa del “suicidio” o “intento de fuga”.
En el exterior de la alambrada, había un monolito y una cruz conocidos como el vertedero de cenizas, donde los cuerpos de los presos incinerados eran esparcidos.
Campo de las tiendas
En los terrenos situados fuera del campo se estableció un campo provisional que alojaba a grandes grupos de presos recién llegados. En condiciones inhumanas, los presos hacinados especialmente húngaros judíos, sufrían de hambre y enfermedades.
Las tiendas estaban abarrotadas, sin camas ni mantas. Muchos murieron rápidamente debido a la desnutrición y las condiciones extremas. Fue un lugar de sufrimiento y muerte.
Barraca de las cocinas
En esta barraca, un comando de presos preparaba la comida para los SS y algunos presos más privilegiados. La mayoría de los presos recibían una alimentación mínima y pasaban hambre constantemente.
Las condiciones eran terribles y muchos presos morían por inanición. Los malos tratos eran comunes y la supervivencia dependía de estrategias desesperadas.
Cementerios
Los cementerios en Mauthausen eran el último lugar de descanso para miles de presos fallecidos debido a las condiciones inhumanas del campo.
Los hornos crematorios no daban abasto, y muchos cadáveres se quedaron sin sepultura, así que cuando el ejercito estadounidense liberó el campo de concentración improvisaron cementerios para enterrar a estos muertos.
Décadas después, se exhumaron algunos restos para su identificación y traslado. Los monumentos y los crematorios son lugares de recuerdo para las miles de vidas perdidas.
Recinto de cuarentena
Este recinto separado servía para el aislamiento de determinados grupos de presos, como enfermos y prisioneros de guerra soviéticos.
Aquí, los recién llegados pasaban entre dos y cuatro semanas, acostumbrándose al terror del campo y aprendiendo las reglas para sobrevivir. Las condiciones eran duras y muchos presos morían en este lugar.
Campo de concentración de mujeres
En este campo se alojaron miles de mujeres y niños, procedentes de diferentes campos de concentración evacuados. Las condiciones eran extremadamente difíciles y muchas mujeres murieron debido a la desnutrición y el maltrato.
La violencia y el sufrimiento eran parte de la vida diaria en el campo de concentración de mujeres.
Barraca 20 – Barraca de la muerte
Esta barraca se conoce como “barraca de la muerte”. Se destinó a prisioneros de guerra soviéticos, considerados enemigos ideológicos, y muchos fueron asesinados aquí mediante disparos o en cámaras de gas.
En un intento de fuga desesperado, más de 500 presos de la barraca 20 fueron perseguidos y asesinados por la SS y la población local. Solo once de ellos sobrevivieron.
Enfermería
La enfermería proporcionaba asistencia médica a ciertos presos, pero la mayoría apenas recibía atención médica o ninguna.
Las condiciones de vida en el campo causaban lesiones y enfermedades, pero solo los presos considerados útiles recibían cuidados médicos. Los presos enfermos y los inútiles eran utilizados para experimentos médicos o abandonados a su suerte. La crueldad y la negligencia eran comunes en la enfermería.
La antigua enfermería se utiliza desde 1970 como edificio del museo, para lo cual fue objeto de una profunda reforma.
Crematorios y zona de ejecuciones
Los crematorios del campo entraron en funcionamiento en 1940 y se utilizaron para deshacerse de los cadáveres de los presos fallecidos o asesinados.
Se instalaron tres hornos crematorios en el campo principal y otros en campos anexos. Estos hornos eran operados por presos alojados en el mismo sótano, en un espacio que dejaron justo al lado.
Además, en el año 1941 se instaló en este sótano también una sala de ejecuciones con dispositivos para el tiro en la nuca y una horca. A partir de 1942, se puso en funcionamiento una cámara de gas donde asesinaron a más de 3.500 presos con el gas Zyklon B.
Prisión del campo
Conocida como “Bunker”, esta prisión se terminó en 1940 y contaba con 33 celdas. El arresto en el Bunker era una medida de castigo que podía ser impuesta por el Comandante del campo de manera arbitraria, ya que se sancionaba por quebrantamiento de normas que los presos desconocías o que eran contradictorias entre ellas.
Los presos eran sometidos a severos castigos, permaneciendo en oscuridad y con privación de comida. También se utilizaba para alojar a presos destinados a ejecución.
Los interrogatorios en el Bunker incluían torturas y maltratos extremos. Josef Drexel recuerda una celda vacía y desesperada en el Bunker, donde los presos compartían momentos de agonía con compañeros fugaces.
Normas y servicios para visitantes Mauthausen
- Respeto y decoro: Se solicita a los visitantes que se comporten y vistan de manera acorde con la dignidad de un lugar conmemorativo. Los visitantes que, por su comportamiento, vestimenta o uso de símbolos políticos, expresen una ideología racista y de desprecio por la vida humana, o que de cualquier otro modo atenten contra la dignidad del sitio o las normas de visita, serán expulsados del sitio.
- Edad recomendada: La visita al Memorial y al museo se recomienda exclusivamente para mayores de 14 años. Los adultos acompañantes son responsables de los niños y menores durante la visita.
- Velas conmemorativas: Solo se permite encender velas junto a los monumentos conmemorativos y lápidas, ya que el lugar es considerado un cementerio. No está permitido encender fuego en ninguna otra parte del Memorial.
- Evitar ruidos molestos: Se debe evitar cualquier ruido que pueda perturbar la tranquilidad del lugar.
- Lugares designados para comer: Se ruega a los visitantes que coman únicamente en las áreas designadas, como el Centro de Visitantes, el Bistro o las zonas para visitantes en la antigua enfermería.
- Zonas para fumar: Hay ceniceros disponibles frente al Centro de Visitantes y el antiguo edificio administrativo. Estos son los únicos lugares donde está permitido fumar dentro del Memorial.
- Taquillas para seguridad: Hay taquillas disponibles en la Librería y el vestíbulo de la antigua Enfermería para garantizar la seguridad de las pertenencias de los visitantes.
- Cambiadores de pañales: Los cambiadores de pañales están ubicados en el aseo de señoras del Centro de Visitantes y en el aseo para minusválidos del Museo.
- Bicicletas: Las bicicletas deben dejarse en uno de los aparcabicicletas; los vehículos, incluyendo las bicicletas, solo pueden circular por los caminos y carreteras.
- Conservación del lugar: Es fundamental no ensuciar ni dañar nada durante la visita.
- Mascotas: los perros no están permitidos en el recinto. La excepción son los perros guía o de compañía para personas con necesidades especiales que deberán ser marcados debidamente.
Fotografía en Mauthausen
Si quieres tomar fotografías dentro del Memorial de Mauthausen, se ruega que se haga de manera respetuosa y considerada. Evita tomar selfies o fotografías inapropiadas que puedan afectar la solemnidad del lugar.
No se permiten poses o gestos inapropiados para fotografías. Este es un lugar conmemorativo y se debe mantener un comportamiento respetuoso en todo momento.
Respeta la privacidad y la sensibilidad de aquellos que puedan estar recordando a sus seres queridos o procesando emociones difíciles.
Algunas áreas dentro del Memorial pueden tener restricciones para tomar fotografías. Respeta cualquier señalización o indicación sobre zonas donde no está permitido hacer fotos.
Conclusión
El propósito de esta guía es proporcionar información sobre el Memorial de Mauthausen, un lugar conmemorativo que honra la memoria de las víctimas que sufrieron y murieron durante la dictadura nacionalsocialista en el campo de concentración.
Si queréis adentraros un poco más en la historia de los presos (concretamente de los españoles) os recomendamos ver en Netflix la película “El fotógrafo de Mathausen”, basada en la historia de Francisco Boix que se jugó la vida para lograr sacar clandestinamente las fotografías que demostraban los horrores que estaban cometiendo los nazis en Mauthausen.
Una visita a Mauthausen no solo es una oportunidad para aprender sobre la historia y las atrocidades del pasado, sino también para reflexionar sobre los valores humanos, la dignidad y la importancia de respetar y preservar la memoria de las víctimas. Es esencial acercarse a este lugar con respeto, empatía y comprensión hacia quienes sufrieron y perdieron sus vidas aquí.
Mantener viva la memoria histórica es un deber moral y una responsabilidad colectiva. La visita a lugares como el Memorial de Mauthausen nos brinda la oportunidad de conectarnos con el pasado y aprender de las atrocidades que ocurrieron en un intento de asegurar que no se repitan en el futuro.
Recordemos siempre que somos responsables de preservar la memoria histórica para las futuras generaciones, para que nunca olviden y nunca permitan que se repitan los horrores del pasado. Juntos, podemos construir un mundo más justo, inclusivo y pacífico para todos.
Preguntas frecuentes visitar Mauthausen
El memorial abre todos los días desde las 9:00 hasta las 17:30 (del 1 de marzo al 26 de octubre) y desde las 9:00 hasta las 15:45 (del 27 de octubre al 28 de febrero).
La entrada al campo de concentración de Mauthausen es gratuita. La audioguía tiene un costo adicional de 3€, y las visitas guiadas tienen un precio de 5€.
Desde Viena, toma un tren hasta la estación de Mauthausen y luego un autobús (líneas 360 y 361). Desde Linz, hay un autobús directo.
Sí, durante los meses de julio y agosto, las visitas guiadas se ofrecen en inglés y alemán, y hay una opción en italiano en las primeras semanas de agosto.
La visita al Memorial y al museo se recomienda exclusivamente para mayores de 14 años. Los adultos son responsables de los menores durante la visita.
Sí, se permite tomar fotografías, pero siempre con respeto y consideración hacia el lugar conmemorativo y sus visitantes. Evita poses inapropiadas y respeta la privacidad de otros. Respeta las normas en los lugares dónde se prohíben específicamente.
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